De nuevo, tras hablar en el mes de Octubre sobre el valor de la solidaridad, toca hablar de nuevo de otro valor, otro pilar del Balmes. En este mes de Noviembre el turno es del Respeto.
Existen varias acepciones de la palabra respeto, entre ellas está el temor o respeto que infunde una persona o la consideración o reconocimiento del valor de una persona o una cosa. Será esta última en la que nos centraremos.
El Balmes defiende el respeto hacía todas las personas, que deben tenerlo por el simple hecho de serlo. Cada persona tiene un valor por si misma, y absolutamente todos somos personas. El respeto comienza en reconocer a los demás como entidades únicas, como personas. Con la comprensión de esto se experimenta el verdadero autorespeto.
Las primeras faltas de respeto son, por tanto, hacia uno mismo, cuando no se valora lo suficiente. No obstante, el Respeto necesita de reciprocidad, en lo que consideraríamos el respeto mutuo. En el Balmes, así como en sus colaboradores, se respira ese ambiente de respeto hacía todos y cada uno de los individuos. Siempre partiendo de la humildad, consiguiendo éxito gracias a la forma de valorar la individualidad y de apreciar la diversidad.
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